
Pocos días después…
– ¡Ya vienen, ya vienen!, gritó Hugo mientras corría hacía los carruajes que llegaban cargados de mercancías.
Eleonor, con la ayuda de Julia, sacó un cubo de agua fresca y un cazo para ofrecer a los recién llegados.
-Tendréis sed, hace mucho calor. Dijo la anciana…